Ya contamos hace unos días como a la hora de frenar al río que pasa por Murcia, tomaban partido hasta las autoridades eclesiásticas más elevadas.
Toda ayuda era poca cuando tocaba enfrentarse a una riada del Segura y la divina, la ayuda me refiero, nunca estaba de más.
De estas situaciones surgen tradiciones tan solemnes como la de increpar al Segura desde el quinto conjuratorio de la Catedral. Pero no era la única…
En la actualidad hay 7 puentes (8 si contamos la pasarela que une las orillas del parking disuasorio del Malecón con las proximidades del antiguo Cuartel de Artillería) sobre el río Segura que comunican la ciudad de Murcia. Sin duda el más reconocido y mítico es el Puente Viejo o de los Peligros.
Sobre el Puente Viejo se ubica la hornacina de la Virgen de los Peligros, restos de lo que antiguamente era una ermita. Recuerdo no hace tantos años que lo más común al atravesar el Puente Viejo era ver como la gente se persignaba en honor a la Salus in Periculis. Esta devoción era gratitud de las gentes, ya que a la Virgen de los Peligros se la atribuía haber salvado a la ciudad de Murcia de varias inundaciones catastróficas.
Desde luego si a esta virgen se la llama “de los Peligros” sería por algo… Una de las tradiciones más comunes cuando el cauce del río crecía peligrosamente y corría el riesgo de desmadrarse, era tomar prestada la corona de la virgen y lanzarla al Segura. Dicen que así las aguas torrenciales se calmaban, al ver el compromiso que tenía la Señora de interceder por la ciudad.
Por cierto, la corona se lanzaba atada a una buena soga…