Tenía Nicolás Villacis su casa y huerta junto a la Puerta del Toro o Bib-Al-Kiblah (Puerta del Mediodía).
Esta casa se la denominó más tarde Casa de Buitrago y fue derribada para construir el Teatro del Toro (1610) que más tarde se rebautizó con el nombre de Teatro Romea.
Según escribe Javier Fuentes, el pintor Villacis era: “persona muy hábil en pintar santos y cosas de historia”.
Siguiendo con la Puerta del Toro. Al desaparecer ésta, la plaza tomó el nombre de Plaza Don Juan Ceballos hasta que en 1893 se le mudó el nombre por Pintor Villacis.
Nicolás Villacis nació y murió en Murcia en el siglo XVII. Viendo sus padres el particular talento que mostraba en la pintura, decidieron mandarlo a Madrid a la escuela de Velázquez. De Madrid se trasladó a Roma para perfeccionar su técnica.
Cuando regresó a España, Velázquez lo llamó para ofrecerle la plaza de pintor del rey y ser su sucesor. Pero Villacis rechazó estos honores y se retiró a su tierra murciana para pintar por diversión. Nicolás Ortega Pagán escribió: “prefirió la tranquilidad de su tierra a las lisonjas y favores de la Corte”.
Se conservan muy pocas obras de Nicolás Villacis. Pintó el fresco de la capilla Mayor del Convento agustino de la Trinidad, en cuyo solar se encuentra hoy el Museo de Bellas Artes de Murcia MUBAM. Quiso pintar toda la iglesia pero no pudo al fallecer a la mitad de la obra. En el MUBAM se conservan algunos de estos frescos revertidos al lienzo.
También pintó un curioso telón para el Teatro del Toro, con la siguiente leyenda: “Nuestros vicios representa. Y lo que es fábula en ella, en nosotros es verdad”.
Fuentes:
Murcia que se fue. Javier Fuentes y Ponte.
Profesores de las Bellas Artes Murcianos. Andrés Baquero.
Murcia Artística. Juan José Belmonte.
Callejero Murciano. Nicolás Ortega Pagán
Foto: Museo Bellas Artes de Murcia MUBAM