Las tierras murcianas han acogido a pueblos y culturas desde tiempo inmemorial. Es normal: el clima, la calidad de nuestra tierra para el cultivo, los recursos mineros, las buenas comunicaciones por mar… eran motivos suficientes para valorar la Región de Murcia.
Pero también en el ADN murciano existe un componente explorador y aventurero. Vamos a recuperar algunas historias de personas nacidas en nuestros límites regionales y que partiendo de nuestra tierra fueron reconocidas en otras partes del mundo.
¿Quién no ha soñado con viajar y convertirse en un afamado explorador?… Bueno, aquí tenemos algunos murcianos que vivieron auténticas aventuras y dieron a conocer el nombre del Región de Murcia en territorios muy lejanos.
Empecemos por el marinero Juan Fernández Sotomayor. Este cartagenero de nacimiento descubrió unas islas por las costas de Chile, a las que bautizó con su nombre. Experto marinero, abrió nuevas rutas y con sus innovadoras técnicas de navegación logró acortar los tiempos de travesía por el Pacífico. Se sospecha que consiguió llegar a Tahití e Isla de Pascua, incluso algunos autores defienden que Juan Fernández descubrió Australia. Este personaje inspiró la famosa historia de Robinson Crusoe.
Otro cartagenero de nacimiento fue el naturalista y geógrafo Marcos Jiménez de la Espada. También se aventuró por el Pacífico y Sudamérica con una expedición científica. Estuvo perdido durante tres días en el cráter del volcán Pichincha. Conoció el Amazonas y los restos del imperio Inca. De los 8 científicos que iniciaron la expedición, Marcos Jiménez fue uno de los 4 supervivientes.
Otro murciano que hizo “las Américas” fue Ángel Valero García, un vecino de Lorquí que emigró a Argentina y exploró la frontera entre Bolivia y Perú.
Tras contactar con la tribu Kazhuto, terminó convirtiéndose en su jefe. Varias zonas del Amazonas fueron bautizadas por Ángel Valero con nombres como Ceutí, Lorquí o Murcia. Permaneció 5 años entre los indios.
Fray Diego de San Benito, franciscano natural de Jumilla que fue destinado a la Conchinchina. Nombrado por el Emperador primero médico personal y después Primer Mandarín del Imperio. El país sufrió una guerra de sucesión y fray Diego tomó parte por el Emperador. Destacó como estratega militar y bajo sus órdenes las tropas imperiales vencieron en la contienda.