“…Mi corazón acepta todas las creencias. Prado es para las gacelas y convento para el monje, templo para ídolos, Kábila para peregrinos, tablas de Torá y libro del Corán. Profeso la religión del amor doquiera cabalguen sus monturas, pues el amor es mi sola religión y mi fe…”
Estos son tres versos de un largo y bonito poema del gran místico musulmán murciano Muhyi al-Din ibn al-Arabí. Más conocido como Ibn Arabí (Murcia 1164, Damasco 1240).
En él expresa como su corazón (el trono de Dios situado en el hombre, según su filosofía), está abierto a concebir y aceptar todas las formas de fe y de creencia existentes.
En este pasaje, el místico no solo se refiere a las tres religiones monoteístas; sino también al paganismo, cuando hace referencia al “templo para ídolos”.
Fuente: La islamofobia a debate. La genealogía del miedo al islam y la construcción de los discursos antiislámicos. Gema Martín Muñoz y Ramón Grosfoguel.
Según Antonio de los Reyes, en su libro «de San Fulgencio a Paco Rabal»; Ibn Arabí es: «el murciano más ilustre de todos los tiempos».