Fue en octubre de 1873 cuando se enarboló la bandera cantonal en el Fuerte de Galeras y se proclamó el Cantón en Cartagena, en contra de la República Española.
El objetivo de estos insurrectos, capitaneados por Antonete Gálvez, era convertir España en un Estado Federal.
No era la primera vez que Antonete se levantaba contra el orden establecido. La primera fue en 1869 cuando se sublevó en el monte de su pueblo, el Miravete de Torreagüera, contra la débil monarquía de Amadeo de Saboya pero la revuelta no tuvo éxito. Tampoco cuajó la segunda intentona, fue en 1872 cuando volvió a echarse al Miravete con 200 partidarios. Incluso se atrevieron a dirigirse a Murcia y poner el Ayuntamiento de la capital bajo asedio. La alegría no les duró mucho y Antonete tuvo que huir del país con una pena de muerte, firmada por el gobierno, a sus espaldas.
De éste episodio siempre se recordará una crónica que publicaron los diarios. Decía que por las calles de Murcia “se ven en calzoncillos a los sublevados que manda Gálvez”. Un poco de cultura huertana sí que le falta al redactor de esta noticia. No eran calzoncillos, sino zaragüelles…
Fuente: Murcia, secretos y leyendas II. Antonio Botías
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