Las terrazas o “terraos”, eran parte imprescindible de los antiguos edificios que formaban los barrios de la ciudad. Era en ellas donde se tendía la ropa y, también, donde se cultivaban macetas que en ocasiones, cobijaban especias cocinadas en la gastronomía diaria.
Para recoger el agua de las lluvias se utilizaban canaletas y tuberías. Las pesadas tuberías de metal, unidas sus tramos por “empalmes”, que bajaban paralelas a la fachada y desembocaban en la calle. Las antiestéticas y, en ocasiones, centenarias tuberías; que aún así, siguen manteniendo el “encanto” de lo viejo y merecen ser conservadas, ya que le han ganado el pulso al tiempo y a la ciudad.
Es curioso ver como, en muchos casos, el último empalme de estas tuberías resulta especial. Me refiero a las “caras” que decoran el tramo más próximo al suelo. No sabemos que objeto tienen estas decoraciones humanas; que bien pueden ser de hombres, mujeres o niños. Tal vez solo tengan un sentido ornamental; o tal vez actúen como antiguos, pequeños y supersticiosos Tenantes, cuyo propósito sea ahuyentar vándalos, que “confundan” las cañerías con improvisadas escaleras.
La escritora Alcoyana Arantxa Jorda ha publicado una novela (Se adquiere a traves de Amazon) llamada «Los Rostros del Agua» Thriller basado en las imagenes que , tambien , en la ciudad de Alcoy hay en las tuberias exteriores de muchos de sus edificios de prinicipios del siglo XX. Muy recomendable.
Muy interesante. ¡Muchas gracias por este apunte!