Dicen que el primer campanero de la Catedral se llamaba Diego Alba.
Que era un chaval de 27 años y que le gustaba mucho el vino. Sus padres al ver que no podían sacarle punta por ningún sitio lo llevaron al convento de los dominicos. Los padres dominicos hicieron todo lo posible por enderezar al muchacho pero la verdad, no consiguieron casi nada.