La Torre de la Catedral de Murcia es un edificio único por varios motivos.
Con 95 metros es la tercera más alta de España, después de la Giralda de Sevilla y la Sagrada Familia de Barcelona. Fue el Obispo Mateo Lang el que inició las obras; su propósito era que la silueta de la Torre fuera visible hasta la vecina Orihuela como símbolo de dominio, ya que por aquel tiempo Orihuela aspiraba a tener diócesis propia. Y vaya si lo consiguió, en días claros puede divisarse perfectamente desde la localidad alicantina que se encuentra a 20 kilómetros.