Vamos a seguir por la ruta que nos marca el viajero Ford. Esta vez nos adentramos en la Cartagena de mediados del siglo XIX. Aquí os dejamos con parte de lo que escribió Richard Ford sobre la ciudad portuaria:
“Cartagena continuó floreciendo bajo los romanos… le pusieron el nombre de “Colonia Victrix Julia” […] El lugar fue prácticamente destruido por los Godos, y San Isidoro, que nació allí en el año 595, habla de él como un sitio desolado (Orígenes, XV,I). Cartagena es ahora una Plaza de Armas y da nombre a un obispado, aunque Murcia ha sido sede episcopal desde 1219 […] Cartagena está ahora muy decaída, apenas tiene 30 mil habitantes de los 60 mil que tenía en 1786, cuando Carlos III se esforzó por crear allí un establecimiento naval. Este quedó tan decaído que, según Toreno, cuando comenzó la Guerra de la Independencia no había siquiera plomo para balas en este Arsenal de tan extendida fama… La mejor calle de Cartagena es la calle Mayor. Hay abundante mármol rojo para ornamentación…”
Fuente: Antropología de la Región de Murcia. Luis Álvarez Munárriz