La edificación que conocemos del Palacio del Almudí esconde una historia curiosa.
El hecho en sí aconteció el 30 de agosto de 1612, en medio de una gran tormenta que descargaba sobre la ciudad.
Algunas semanas antes se había hecho un traslado de armas desde el edificio del Contraste hacia el “antiguo” Almudí, construido en 1575. El Contraste funcionaba como armería de la ciudad y el traslado era debido a unas obras que se estaban realizando en el edificio. Estamos hablando que se almacenaron en los pisos superiores del Almudí, unos 3000 arcabuces y 500 mosquetes más municiones y pólvora.
Volvemos a la tormenta. Lo peor que podía suceder, sucedió. Y sucedió en forma de rayo, que alcanzó la pólvora y reventó el edificio entero y alguno anexo. Solo se pudo recuperar del Almudí el trigo almacenado en el sótano, la caja fuerte y el relieve de la Matrona de Murcia.
Así es como se construyó el nuevo pósito municipal del Almudí que hoy podemos admirar y cuyas obras terminaron en 1628.