El antiguo y abandonado Sanatorio de Tuberculosos, es un basto y peligroso edificio enclavado en el Parque Regional de Sierra Espuña [conocer más del Parque Natural Sierra Espuña] que trató esta enfermedad a partir de la década de los 30 en el pasado siglo XX.
Los tuberculosos o tísicos, eran recluidos en hospitales situados en lugares apartados en el monte o cerca del mar. Como ejemplo también tenemos en la Región de Murcia el Sanatorio Nacional Antituberculoso de Cartagena.
Estos enclaves retirados de la civilización, eran elegidos para evitar el contagio y por la precariedad de los tratamientos a la hora de encarar la enfermedad.
Así las autoridades nacionales, levantaron en todo el país cerca de 40 apartados sanatorios que más que curar al enfermo se encargaban de evitar que la epidemia se propagara. De este modo funcionaban más como lazaretos que como hospitales.
La importancia de este Sanatorio en Sierra Espuña, la podemos comprobar en su tamaño y en que mantenía camas reservadas para enfermos de otras provincias. Se hacía muy costoso mantener edificios de estas características y era normal que parte de sus gastos se sufragaran con donativos de particulares. En este campo conocemos la historia de personajes influyentes en Murcia como Mariano Vergara y su esposa Josefa Calderón, Marqueses de Aledo, que en su día donaron 5000 pesetas para el mantenimiento del Sanatorio de Sierra Espuña. Este matrimonio también realizó obras caritativas fundando comedores y hospitales en casi toda la Provincia de Murcia y restaurando estancias en el Hospital San Juan de Dios de Murcia y en el antiguo manicomio de la ciudad.
Fuentes:
Historia y Etnografía de Canteras: La Ruta de los Atabayres. Juan Ortega Madrid. Murgetana. ISSN: 0213 hasta 0.939. Número 135. Año LXVII, 2016. Pág: 103-129
Murcia, paso a paso. Sus calles y sus nombres. Enrique Díaz Culebras.
Este Sanatorio lo construyó el empresario totanero Ginés Cánovas Ruiz, se trabajaban 6 meses al año, ya que el personal dormía en tiendas de campaña y cuando empezaban los fríos se iban hasta la primavera.Su hijo Reniero Cánovas Martínez, mi padre, llevaba la administración.
Debió ser duro llevar los materiales allá arriba.