El martes 19 de marzo de 1889, Ricardo Codorniú ascendió a la cumbre de Sierra Espuña. De ese momento dejó escrito lo siguiente:
“Todo es relativo en el mundo, y si bien se considera nada hay perpetuo, porque la misma roca que pisaba, con sus 1584 metros de altitud sobre el nivel del mar, fue montaña, luego polvo transportado al seno de mares geológicos, y ahora se hace de nuevo polvo, para ser acaso montaña otra vez”
Más bagatelas forestales, 1916 a 1918.
Estas fueron sus reflexiones tras reconocer el estado de la cubierta vegetal que en los años venideros, él y los ingenieros José Musso y Juan Ángel de Madariaga, habrían de recuperar en una restauración hidrológico-forestal sin precedentes.
Ricardo Codorniú, era un personaje curioso y simpático. Aquí os dejamos unas cuantas genialidades de este gran ser humano.
Ingeniero de Montes, aparte de la de Sierra Espuña también dirigió la repoblación forestal de Guardamar (Alicante).
Fundó la Sociedad Española de Amigos del Árbol.
Firmaba sus artículos como: “el Viejo Forestal”.
Escribió un cuento a sus 12 nietos, titulado “Doce árboles”.
Era muy creyente, ayudaba a los más necesitados desde el anonimato.
Diseñaba proyectos de jardines, sin cobrar.
Fue un gran promotor de la lengua Esperanto (un idioma artificial creado a partir de las lenguas romances y germánicas)
“Quiero ser árbol, sí, pero árbol español. Seré uno de esos vulgares pinos de corta elevación que vegetan en la Sierra Espuña”
Ricardo Codorniú
Fuente: Las Comarcas Naturales de la Región de Murcia. Comarca Valle del Guadalentín.
Foto: monumento a Ricardo Codorniú en el jardín de Santo Domingo de Murcia