Imaginemos que una catástrofe se cierne sobre tierras murcianas y los pueblos de Aljucer, Era Alta, La Raya, Nonduermas, Rincón de Seca, Alcantarilla, Espinardo, Guadalupe, Zaraiche, Llano de Brujas, Puente Tocinos, Santa Cruz, Santomera, Alquerías y Beniel desaparecieran casi por completo.
Pues esta escalofriante situación no es ningún cuento. Ocurrió el 15 de octubre de 1879, fue una tremenda riada y se la conoce como “de Santa Teresa”.
Según las crónicas, son 34 grandes riadas las que han azotado la Vega del Segura a lo largo de la historia. Una de las primeras avenidas documentadas fue en 1446, ésta propició que se levantara el paseo del Malecón. Otra en 1946 impulsó la construcción del pantano del Cenajo. Dos años más tarde, una crecida y desbordamiento del Segura desoló Santomera. Y la de 1971 arruinó Puerto Lumbreras.
La Riada de Santa Teresa elevó el número de víctimas a 667 y las pérdidas materiales fueron sencillamente incalculables. La tragedia fue tal que traspasó fronteras y en la capital de Francia se editó la revista París- Murcia que tenía como finalidad recaudar fondos y paliar el desastre. En esta revista participaron de los más famosos pintores y escritores de la época.
La de Santa Teresa también fue una riada de generosidad. Muchos fueron los que se solidarizaron con Murcia y sus gentes, entre ellos destaca con nombre propio don José María Muñoz y Bajo Menjibar. Don José María destinó parte de su fortuna para ayudar a los damnificados, algo que ya había hecho en otras localidades como Cuevas de Almanzora (Almería), Orihuela y Almoradí (Alicante). Lugares que, al igual que en Murcia, agradecieron su generosidad levantando un monumento en su honor.
Fotos: río Segura a su paso por Murcia y canal de El Reguerón a su paso por El Palmar