Rey Lobo Muhammad Ibn Mardanix. Uno de los personajes más interesantes e importantes de la Edad Media española. Pieza fundamental en el periodo intermedio entre las dominaciones Almorávide y Almohade.
Nacido en Peñíscola. Conocido también como don Lup o rey Lope. Alardeaba del más puro linaje árabe pero su apellido “Mardanix” no deja lugar a dudas: Martínez. Sus antepasados eran cristianos mozárabes que se convirtieron al Islam para trepar socialmente.
Lo cierto es que no se esforzaba lo mínimo en disimular su origen: vestía, iba armado y aparejaba su cabalgadura a la usanza cristiana, hablaba tanto árabe como romance y distaba de ser un musulmán devoto.
Reunificó la región (Cora) de Tudmir. Mantuvo relaciones comerciales con Génova. Enviaba costosos regalos a Inglaterra y un siglo más tarde todavía era recordado en Roma como “rey Lope, de gloriosa memoria”.
Realizó un acertado sistema de alianzas con Cataluña, Aragón y Castilla. Mayoritariamente sus soldados eran mercenarios castellanos, navarros y catalanes. Detuvo la invasión de los Almohades africanos que no triunfaron hasta que no murió el rey Lobo.
Entre 1147 y 1172, consiguió hacer poderosa la Taifa (Cora) de Murcia siendo un dictador despiadado. En Murcia, la capital de su reino, se vivía en un régimen de terror. Los mercenarios llevaban una vida sin límites y a partir de ciertas horas nadie se atrevía a poner los pies en la calle.
Los cronistas musulmanes presentan al rey Lobo como corpulento, sanguíneo y fornicador. Su valor en el combate era asombroso. Desorbitó a su pariente Ibn Hilal en Moratalla que se le había sublevado. Emparedó a varios cadíes de Murcia que se habían convertido en opositores políticos.
Pasaba largas temporadas en el Castillejo de Monteagudo. Hasta allí le acompañaban su guardia de corps, un nutrido harén, su corte literaria y demás funcionarios.
Rey Lobo y su guerra sin cuartel contra los Almohades
Los últimos años, el déspota, los empeñó en contener la invasión almohade. Comenzó bien su guerra contra los africanos derrotándolos en la batalla de Balkawara, a una jornada al Sur de Murcia. Estuvo apoyado por una columna enviada por el conde de Barcelona y derrotaron a un fuerte ejército almohade recién desembarcado. Pero las iniciales victorias se tornaron en una serie ininterrumpida de fracasos. En 1164 perdió la élite de su ejército (unos 13000 mercenarios) en la batalla de Chelab, cerca de Orihuela.
Las represiones del tirano hicieron que un movimiento proalmohade sacudiese todos sus dominios. Lorca abrió sus puertas a los africanos y varios de sus hermanos y otros parientes se sublevaron contra él en Játiva, Segorve, Almería y otros lugares.
Murcia fue sometida a un estrecho cerco. Talaron su huerta, arrasaron sus alquerías y aldeas e incluso el Castillejo sufrió saqueos e incendios.
Abatido, enfermo, perturbado mentalmente… En su delirio, el rey Lobo, hizo ahogar a una de sus hijas y a sus nietos para vengarse de un primo. Encerró a dos de sus visires en una torre a los que visitaba diariariamente, murieron de hambre.
Cuando murió Mardanix, la noticia se mantuvo en secreto hasta que llegó su hermano Jusuf de Valencia. Éste y los hijos del Rey Lobo, llegaron a un acuerdo con el califa almohade Abu Yakub. El jueves 17 de agosto de 1172 el califa hizo un alto en Monteagudo y entró en Murcia. Venía de Orihuela.
Fuente: Orihuela Musulmana. Historia de la Ciudad de Orihuela. Tomo II. Juan Bautista Vilar.
Fotos: El Castillejo a la sombra de Monteagudo. Castillo de Monteagudo. Castillo del portazgo en puerto de La Cadena.