Recientemente se ha homenajeado en el encuentro internacional de gastronomía MadridFusión, la figura del cocinero murciano Raimundo González Frutos.
En una de las ponencias se dijo que Don Raimundo, inventó el “concepto” del tapeo a principio de los años 70.
Desde aquí no vamos a poner en duda que, tan grande figura de la cocina murciana, haya contribuido a expandir esta afición nuestra del tapeo. Pero lo cierto es que encontrar a estas alturas al “inventor” del tapeo resulta una tarea perdida en el tiempo. Me explico.
Evidentemente la palabra “tapa” viene de “tapar” algo. En la Edad Media se acostumbraba a tapar los vasos de vino en las tabernas, para que no se colara ninguna mosca en la copa. Esta “tapa” podía ser de madera, otro material o un pañuelo por ejemplo.
Hasta aquí todo bien y claro. Pero ahora surgen infinidad de historias medievales que narran como se crearon “las buenas tapas”, las de comer.
De entre todas, la que más nos gusta a nosotros, es la que cuenta que fue el mismo Alfonso X el Sabio el que decreto por ley el “tapeo”. Una vez el rey Alfonso estuvo en cama, durante la enfermedad sus médicos le recetaron tomar chatitos de vino, los cuales acompañaba de pequeños bocados para evitar los efectos del alcohol.
Tras superar el malestar, Alfonso X, dispuso que en los mesones de Castilla se sirviese la bebida acompañada de alguna ración de comida. Para evitar que el vino se le subiera a la cabeza a los parroquianos y el peligro de peleas tabernarias.