Hace pocos días narraba el periodista Yayo Delgado en el periódico La Opinión de Murcia, aquella visita reciente y en bicicleta que realizó a La Contraparada.
Nos cuenta Yayo en su «Acho Pijo» dominical, el bonito paseo tempranero que ofrece la mota del río hasta la presa que parte el Segura en Aljufia y Alquibla. Termina diciendo que si fuimos «huerta de Europa», ha sido gracias al sistema de acequias que nuestros antepasados se trabajaron. Amén.
El entorno de La Contraparada lo componen varios elementos históricos además del famoso azud. Vamos hablar de un puente que, aunque su apariencia actual es moderna, tiene su origen en la época medieval murciana. Se trata del puente de las ovejas.
En el año 1271 el rey Alfonso X el Sabio autoriza la construcción de este puente junto a la conocida presa de La Contraparada. Toma este nombre porque era utilizado principalmente para que el ganado trashumante que provenía de Castilla, cruzara el río Segura sin problemas y completara su camino hasta tierras andaluzas.
Las frecuentes riadas y el desuso acabaron con el puente de las ovejas. Hasta los Reyes Católicos se preocuparon por las tremendas avenidas que en este lugar rompían y producían tantos perjuicios a los huertanos de la vega del Segura. Una de las riadas más fuertes se produjo en 1651 y es conocida como la de San Calixto. En esta ocasión el rey Felipe IV mandó reconstruir el azud, del cual se conserva un tramo conocido como «azud viejo».
El puente de las ovejas se reconstruyó en el año 2010. Por este puente ya no transitan cabras y ovejas pero sí cientos de ciudadanos que pasean o hacen deporte por este lugar histórico del municipio de Murcia.
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— Yayo Delgado (@yayodelgado) febrero 7, 2016