Tiene 21 años y su nombre de guerra es “Nocks”. Este chaval es el presunto autor de cientos de pintadas repartidas por toda la ciudad.
El Equipo Antigraffiti de la Policía Local de Murcia lo tenía “fichao” y lo cazaron en noviembre cuando realizaba sus fechorías por la Gran Vía. La Policía aplicó lo dispuesto en el artículo 626 del Código Penal:
“Los que deslucieren bienes muebles o inmuebles de dominio público o privado, sin la debida autorización de la Administración o de sus propietarios, serán castigados con la pena de localización permanente de dos a seis días o tres a nueve días de trabajos en beneficio de la comunidad”.
También está la Ordenanza de Limpieza Diaria, que su artículo 78-H dice que el autor de una pintada en la vía pública obtendrá una sanción de 30 a 150 €, y si es reincidente de 151 a 6000 €.
Siguieron las investigaciones y a primeros de febrero, mediante un análisis caligráfico, se comprobó que dos pintadas realizadas en el Palacio Episcopal y los soportales de la Catedral, podían pertenecer al amigo “Nocks”.
La cosa se le complica al “artista”, porque estos pintarrajos han sido realizados sobre edificios que constan como Patrimonio histórico-cultural, y esto es un delito por el cual ha sido denunciado en el Juzgado y en la Fiscalía.
Los delitos contra el Patrimonio Histórico, están tipificados en el artículo 323 del Código Penal:
“será castigado con la pena de prisión de uno a tres años… el que cause daños en un archivo, registro, museo, biblioteca, centro docente, gabinete científico, institución análoga o en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, así como en yacimientos arqueológicos. En este caso, los jueces o tribunales podrán ordenar, a cargo del autor del daño, la adopción de medidas encaminadas a restaurar, en lo posible, el bien dañado”.
Y es que, ya comentamos en su día desde este blog, que una cosa era el arte y otra el vandalismo.
Un año después de que se limpiaran de pintadas las fachadas del Palacio Episcopal y los soportales de la Catedral, han vuelto a ensuciar estos dos inmuebles del centro de Murcia. También ha aparecido una pintada en el Martillo del Palacio Episcopal.