Cuentan las crónicas que Pedro Abellán “El Peliciego”, fue el último bandolero de raza que corrió por las sierras de Jumilla y alrededores, allá por el siglo XIX.
Nacido en Jumilla, casi todas sus víctimas fueron Carabineros, a los que tenía un odio especial. No sin parte de razón…
Sus delictivas andanzas, surgieron a raíz de ser sorprendido por una pareja de carabineros, cuando llevaba una carga de sal de dudosa procedencia. Acusado de “tráfico de sal”, los carabineros le quemaron el carro y mataron a sus mulas. Demasiado castigo para tan poca falta.
El Peliciego se quedó por los alrededores y aguardó la vuelta de los agentes de la ley. Los sorprendió y les metió sendos tiros en el cuerpo.
Así dio inicio a su carrera como bandolero, corría el año 1839. Se juntó con otro de la especie: Pedro Lencina, y montaron una cuadrilla u “gavilla” con más de 30 individuos.
Ni que decir tiene, que las fuerzas del orden les tenían muchas ganas. Poco duró su odisea, solo dos años. Fue el 3 de enero de 1841, cuando el Peliciego se presentó en el sitio conocido como Setón de Moreno (Molina de Segura). Era una especie de fonda o taberna, allí cenó y después lo mataron unos sicarios.
Su muerte está documentada en el archivo de la parroquia de Santiago de Jumilla. El cura de esta iglesia, dio parte de su defunción.
Fuentes: El Peliciego: Bandolerismo y Odisea. Lorenzo Guardiola (1974). Murcia, palmo a palmo II. Crónicas de las ciudades y pueblos de la Región.
Comienza la presentación del libro de Pedro Abarca, ‘El lobo faccioso. La gavilla de El Peliciego’ en la Casa de la Cultura pic.twitter.com/I8HYrB1N2O
— Ayuntamiento Jumilla (@AytoJumilla) 21 de octubre de 2016