La Cartagena bizantina, empezó a tomar peso y relevancia con los descubrimientos y excavaciones que se realizaron en los años 80 del siglo XX.
Como hallazgo y referencia máxima tenemos la piedra de Comenciolo que podemos contemplar en el Museo Arqueológico. En ella se nos narra la reparación de la muralla cartagenera. Por norma general, los bizantinos reconstruían las ciudades que ocupaban, reduciendo el perímetro amurallado para facilitar la defensa de la ciudad. Lo mismo ocurrió en Cartagena [Historias de Cartagena]. Se acotó la ciudad a su trazado más céntrico, tomando el monte de la Concepción y su castillo, como punto más destacado.
En este contexto histórico, encontramos los restos arqueológicos conocidos como la «muralla bizantina» en el entorno del teatro romano de Cartagena. La primera interpretación del lugar fue que se había encontrado un lienzo con un torreón de la muralla bizantina. Pasado el tiempo, se relacionó esta infraestructura con los aledaños del teatro romano. Hoy día los investigadores piensan que esta construcción está relacionada con unos jardines que pertenecían al teatro romano y que más tarde, con la llegada de los bizantinos, se transformaron en un muro para defender la Cartagena más céntrica.
Un «caro» mosaico romano
En su época romana, esta parte de la ciudad estuvo ocupada por domus de familias pudientes. Así se encontraron también en el lugar los restos de una vivienda del siglo I a.C. con un bonito mosaico geométrico realizado con piedras de gran calidad, donde sobresalen cuatro bonitos delfines.
Se sospecha que esta rica casa romana, fue expropiada a sus dueños para la edificación del fabuloso teatro romano.