El Monasterio de Santa Clara La Real tiene su origen en el siglo XIV. Pero antes de ser un convento de monjas clarisas, en aquel espacio se encontraba uno de los edificios más importantes de la historia de la Región de Murcia: el Alcázar islámico del siglo XII.
Alguno de los restos de aquel palacio musulmán (considerados los más importantes del arte islámico murciano) se conservan hoy en su mismo entorno: el Museo del Monasterio de las Claras.
Como sabemos, fuera de las murallas de la Medina de Murcia en la zona norte se encontraba el Arrabal de la Arrixaca. Este arrabal contaba con su zona residencial y allí es donde el rey murciano Ibn Mardanis «Rey Lobo» levantó este palacio que hacía las veces de segunda residencia y lugar de recreo. A este primer palacio se le llamó Al Dar Sugra o también Alcázar Seguir.
Hay que recordar que en la ciudad había otro Alcázar, el conocido como Alcázar Nasir que se encontraba dentro de la muralla y que funcionaba como primera residencia. Los restos de este Alcázar corresponden hoy día con la Iglesia de San Juan de Dios, muy cerca de la Catedral.
La cosa es que en 1172 Murcia fue asaltada por los almohades que arrasaron con el palacio Seguir del Rey Lobo.
Pasaron más de 50 años hasta que otro rey murciano, Ibn Hud al Mutawakkil, reconstruyó el Alcázar. Corría el año 1228. Casi todos los restos arqueológicos que tenemos hoy día pertenecen a esta época. A este nuevo palacio se le llama también Alcázar Hudí.
Después de muchas batallas, pactos y escaramuzas entre Moros y Cristianos, llegó el año 1243. Y con él la firma del Tratado de Alcaraz por el que la Taifa de Murcia se convierte en un protectorado de la Corona de Castilla. Como en el Alcázar Nasir se instalaron soldados cristianos, el Seguir pasó a ser la primera residencia de la familia real de Ibn Hud al-Dawla. Que todavía mantenía el título de Rey de Murcia.
En 1264 en Murcia estalla una sublevación mudéjar que fue sofocada por Jaime I de Aragón en 1266. Con este acontecimiento, Murcia pasa definitivamente a ser cristiana. Un año más tarde el Alcázar Seguir se convierte en Casa Real de la Monarquía Castellana y en él se alojan personajes como Alfonso X el Sabio, Jaime I de Aragón o Doña Violante de Aragón y Hungría.
Así es hasta 1365 cuando el lugar se sacraliza y acoge a una comunidad de monjes franciscanos. Que permanecieron allí hasta que se mudaron a otro monasterio que se encontraba a la entrada del jardín del Malecón, en el llamado Plano de San Francisco por este mismo motivo. Hoy día no existe dicho monasterio. En su lugar se colocó, no hace muchos años, un monumento a San Francisco de Asís.
Cuando los franciscanos se marcharon dejaron su lugar a las monjas clarisas que allí permanecen hasta hoy. Fue en los años 80 y 90 cuando comenzaron las obras de restauración y remodelación de Santa Clara. Se empezaron a sacar restos y ha descubrir la trama del palacio islámico. Estos restos (y de otros lugares) son los que componen la colección de arqueología musulmana del Museo de Santa Clara.
El Alcázar Seguir de la etapa Hudí está considerado como el mejor exponente de la transición entre el arte almohade (a este periodo pertenecen La Giralda o los Reales Alcázares de Sevilla) y el arte nazarí (La Alambra)
En el Museo del Monasterio de las Claras se pueden visitar:
+ La Alberca y los jardines de palacio: el claustro del monasterio corresponde a una alberca central, claro precedente de los palacios nazaríes. A los lados de la Alberca, cuatro arriates donde se plantaban árboles y plantas de la zona como palmeras, cítricos o frutales.
+ Pórtico del Palacio: la entrada se hacía bajo tres arcos que contenían alhanías. Abajo en el centro hay una réplica de la fuente que estaba conectada con la alberca.
+ Salón del Palacio: en este salón del “trono” tenían lugar las audiencias, recepciones y juicios.
+ Patio del Crucero: las excavaciones sacaron a la luz un gran patio de crucero en ladrillo del Alcázar Seguir (similar al Castillejo de Monteagudo). En este patio se hallaron algunas de las yeserías policromadas que pueden verse.
Además de estas estancias, la exposición acoge maderas talladas, zócalos, yeserías, capiteles… Todos ellos procedentes del las excavaciones del Alcázar. A estos restos se suman una colección de piezas provenientes tanto de la ciudad como de la Región de Murcia: lámparas, piletas, adornos, monedas y estelas funerarias.
Para completar la visita también se puede contemplar una exposición permanente de arte sacro procedente del mismo Monasterio. Donde destaca la famosa bóveda gótica del coro alto del templo.
Interesante reportaje! Habia oído distintas versiones, pero el verlo tan bien explicado ha sido de gran conocimiento de nuestra historia. Gracias!