Mazarrón, esta localidad del Mediterráneo murciano que se asienta sobre tierra sísmica y vulcanosa con algún balneario natural que otro como el del Saladillo, alberga sus orígenes en la prehistoria.
Como ejemplo tenemos el poblado neolítico fortificado del Cabezo del Plomo con sus cabañas y muralla. Uno de los más importantes de España en este género, clavado en un cerro de la Sierra de las Moreras pero a salvo del cauce de la rambla que ya se ha mostrado peligrosa en varias ocasiones, como pudimos comprobar el pasado agosto del año 2010.
Mazarrón de plomo, plata y alumbre
Mazarrón es desde antiguo un punto estratégico comercial y de comunicaciones dentro del Mediterráneo español. Su cercanía con Cartagena, las explotaciones de plomo, plata y alumbre, su rica pesca de grandes túnidos; atrajeron a sus costas a todos los navegantes de la antigüedad.
Entre todos ellos merecen especial mención los Fenicios que dejaron en Mazarrón infinidad de restos y por dejar hasta se dejaron un barco en perfecto estado de conservación. Muy importante este barco fenicio ya que se trata del más antiguo de la historia (siglo VII a.C.) hundido y protegido en la playa de la Isla a escasos metros de la costa.
Reconocimiento también para los romanos. Fueron la primera civilización que se asentó en Mazarrón atraídos por las citadas minas y la pesca. Así encontramos restos de un santuario romano y una villa (siglo II – I a.C.) en la zona del Alamillo, donde pueden verse las cubetas donde se producía el famoso Garum.
También encontramos en la costa de Mazarrón, una industria minera en el Cabezo Vulcano (siglo I a.C.) con su fundición y bodega o el asentamiento romano en el peñasco rocoso de Punta de Nares (siglo I – V d.C.)
Mazarrón, frontera bélica del Imperio Español
Capítulo aparte merece la explotación de los filones mineros de Mazarrón que resucitaron la economía de la zona en el siglo XIX. Este nuevo “boom” minero no solamente atrajo a las compañías extranjeras de extracción, sino también a investigadores. De este modo, por ejemplo, podemos encontrar monedas, lingotes y cerámicas romanas procedentes de Mazarrón en el museo de Freiberg (Alemania).
Mazarrón se vio condenada al ostracismo con la caída del imperio romano y la depresión que sufrió la vecina ciudad de Cartagena. Se dejaron de explotar las minas de mineral y solo se comercializaba con el Alumbre. Ese sulfato tan conocido en la Edad Media para tintar las ropas y que era exportado a Bélgica, Holanda e Inglaterra.
Mazarrón no inicia su recuperación hasta el siglo XVI cuando Felipe II le concede el rango de “Villa”. De este modo Mazarrón se emancipa del municipio de Lorca y se constituye como un lugar aislado en la costa que es frontera del Imperio Español y cuya seña de identidad era la autodefensa contra los piratas africanos y europeos.
Continuará…
Minas #Mazarrón En la actualidad parecen una ciudad fantasma, bombardeada Os contamos más = https://t.co/7EXn73bLw7 pic.twitter.com/D9FbXdC4hR
— Descubriendo Murcia (@DescubreMurcia) 8 de agosto de 2016