Cuando uno se acerca a visitar una Catedral y sus tesoros artísticos, con lo primero que se encuentra es con la Catedral misma.
Esto es: miles de bloques de piedra que levantados y colocados meticulosamente unos encima de otros, dan forma a un inmenso edificio.
Nos cuentan en el Museo Catedralicio de Murcia, que los canteros que cincelaban las piedras, que a la postre levantarían la Catedral y sus paredes, solían dejar sus marcas en los bloques a modo de firma. De hecho, en estas instancias del Museo se pueden ver varias piedras marcadas con símbolos, como si el cantero de antaño, armado con martillo y cincel, hubiera querido dejar constancia de su esfuerzo y trabajo.
Y si bien es cierto que no es lo mismo sacar del mármol al David (como dijo su padre Miguel Ángel), que sacar un cuadrado de una piedra; no por ello vamos a restar mérito a estos trabajadores, que dando forma a miles de estos cuadriláteros, levantaron la Catedral de Murcia entre tantas otras iglesias.
Pues paseando por el perímetro de la primera iglesia de la Diócesis, si nos fijamos podremos encontrar decenas de estos bloques firmados por sus anónimos creadores. Este es el caso de la calle Oliver, justo detrás de la Catedral y junto al exterior de la Capilla de los Vélez. No hay que esforzarse mucho, las marcas en la piedra hay siguen a pesar de los años, para eso las firmaron sus maestros canteros, para que se vieran.
Quien sabe si alguno de estos canteros, años después de cincelar su bloque, llevó a sus nietos de paseo y señalando una de estas paredes pudo decir: “Ese bloque lo tallé yo… vuestro abuelo construyó la Catedral…”
[Maestros de cantería no faltaban en la Murcia del siglo XVII. Algunos son vascos, pero Pedro Milanés, el más avanzado en trabajos y prestigio, no era vasco. Vino joven a la ciudad y creó aquí una buena familia de trabajadores de la piedra. La sillería de la Catedral había sido encargada en 1792 sobre los planes aprobados del maestro Ginés Ruiz y que debía sustituir a la anterior que estaba muy gastada. Fuente: Murcia, ayer y hoy. Manuel Muñoz Barberán y Francisco Flores Arroyuelo]
Bueno, y las marcas servían para determinar el estipendio correspondiente a cada uno.
— Francisco López (@Poliedrico226) 21 de abril de 2018