Durante toda esta Semana Santa, podemos cruzarnos en cualquier pueblo o barrio de nuestra Murcia, con una cuadrilla de Auroros.
Famosa es la tarde de Jueves Santo en la Plaza de San Agustín. Donde estos “cantores” van a recitar sus versos a los pasos de Salzillo, que aguardan las pocas horas que les quedan para procesionar la mañana de Viernes Santo.
Los cantos de los Auroros se desarrollan en un contexto religioso y se asocia a la hermandad de la Virgen del Rosario de la Aurora. Desde el punto de vista musical son la síntesis de las tres culturas: cristiana (cantos gregorianos), árabe (cantos de alborada) y judíos (semejanzas con los cantos sefardíes de la sinagoga).
Es un canto polifónico en el que participan dos coros que se alternan. Esta tradición data, como poco, de la Edad Media.
Antaño, las cuadrillas salían a media noche en formaciones compuestas solo por hombres. Antiguamente existía un miembro que se encargaba de despertar al resto del grupo. Se empieza saludando con el Ave María, después se canta la primera salve y comienza el recorrido.
La campana es la base del ritmo en los cantos, marca la entrada de los coros. Es tal la importancia de este instrumento que al grupo de le suele llamar “campana de auroros”. La campana la lleva y la hace sonar el hermano mayor o mayordomo. También se suelen utilizar instrumentos de cuerda clásicos como el “tiple” o “timple”.
El farol es otro de los elementos característicos de los Auroros. Su finalidad primitiva era la de alumbrar a los componentes mientras transitaban por los senderos de la huerta.
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— Huertano justiciero (@zheus1) 15 de abril de 2016
Fuente: Antropología de la Región de Murcia. Luis Álvarez Munarriz