La Torre de la Catedral de Murcia es un edificio único por varios motivos.
Con 95 metros es la tercera más alta de España, después de la Giralda de Sevilla y la Sagrada Familia de Barcelona. Fue el Obispo Mateo Lang el que inició las obras; su propósito era que la silueta de la Torre fuera visible hasta la vecina Orihuela como símbolo de dominio, ya que por aquel tiempo Orihuela aspiraba a tener diócesis propia. Y vaya si lo consiguió, en días claros puede divisarse perfectamente desde la localidad alicantina que se encuentra a 20 kilómetros.
Otra de sus singularidades es su sucesión de cuerpos, que son toda una lección de arte: renacimiento italiano, neoclasicismo y barroco. Tanta variedad artística es debido a que la Torre tardó en levantarse unos 400 años: desde 1519, hasta que se colocó su veleta en el año 1893. Y es que surgieron muchos problemas para edificar la Torre de la Catedral.
Uno de esos problemas llegó cuando el edificio alcanzó el segundo cuerpo. En ese momento la Torre se inclinó hacia el este, y ahí sigue torcida. Solo tenemos que mirarla desde la calle Trapería para comprobarlo. Doscientos años tardó el Cabildo Catedralicio en decidirse a poner solución al problema: los bloques de piedra de la parte oeste serían el doble de pesados, para contrarrestar la inclinación. Y funcionó.
La Torre de la Catedral es una auténtica fortaleza. Alberga el Archivo Catedralicio que se encuentra en la rampa 7. Ahora mismo está en proceso de catalogación, atesora cientos de legajos y documentos, incluidas cartas manuscritas de Alfonso X.
Más arriba se encuentra la conocida Sala de los Refugiados, lugar donde se guardaba el tesoro de la Catedral en caso de riada, terremoto o cualquier otro desastre.
Siguiendo la escalada está la Sala del Reloj, que aún conserva la maquinaria del año 1940. Antaño subía el relojero cada 3 días para darle cuerda. Hoy día ya no es necesario, ya que el actual reloj se encuentra conectado vía satélite al atómico de Berlín.
Tres rampas más arriba se accede al exterior de la Torre a través del mítico balcón de los Conjuratorios. Este balcón ofrece la mejor vista de Murcia, desde un edificio claro. Abierto a los cuatro puntos cardinales, contiene otros tantos templetes en la esquinas, coronados estos por las estatuas de los 4 santos y hermanos cartageneros. Desde este balcón, el Obispo increpaba a las tempestades, epidemias y riadas que arruinaban la huerta.
Finalmente una escalera de caracol da acceso al cuerpo de campanas, que guarda un conjunto de bronces especial por su música. Y es que las campanas regían la vida de los murcianos, avisaban de la hora y también de incendios o riadas. Y por supuesto gobernaban las tandas de riego en la huerta.
Nuestra Torre cuenta con un conjunto de 20 campanas, 5 en cada lado. La más grande, Santa Águeda con un peso de 6.420 kilos (la 6ª más grande de España), la Campana Mora y también está San Victoriano con 1.158 kilos, conocida como la Nona por ser la encargada de marcar las 3 de la tarde.
yo diría que es la segunda más alta pues la Sagrada Familia está a medio construir.
La Sagrada Familia ya tiene terminadas en la fachada principal dos torres de 107 metros y otras dos de 98 metros. Falta por construir la torre más alta que tendrá 170 metros.