Los romanos pasaron por Murcia mucho antes de la fundación islámica de la ciudad. Así lo evidencian los restos arqueológicos encontrados en varios sitios del casco viejo de la ciudad.
Uno de los vestigios romanos más curiosos, es la lápida funeraria que se encuentra colocada en la fachada de la iglesia de San Nicolás. Esta lápida mantiene una inscripción: L. Petronius L.F. Celer y es posible que corresponda a una necrópolis instalada en un área de culto de las inmediaciones.
Aunque puede caber la duda, de que esta pieza epigráfica pudiera haber sido trasladada a la ciudad desde otra zona. Como es el caso de las columnas de la portada de la iglesia de San Andrés, traídas de una domus ubicada en Monteagudo.
De siempre, ha habido investigadores que han sostenido que en Murcia pudo haber una pequeña ciudad en tiempo de los romanos. Incluso se ha apuntado la posibilidad que este enclave estuviera amurallado. Esta muralla, según alguna documentación antigua, pasaría por las actuales calles de San Nicolás y San Antonio y se cruzaría con la muralla árabe que transcurre por la calle Sagasta, muy cerca de la iglesia de San Nicolás.
Pero lo cierto es que la opinión más extendida, fundamenta que en Murcia no hubo una ciudad romana. No se han encontrado infraestructuras arqueológicas suficientes que lo atestigüen. Sí restos romanos como monedas, textos epigráficos, objetos de piedra y terracotas. Todos ellos denotan una considerable presencia romana en la zona, pero no materiales como para suponer una ciudad.
De hecho, si los fundadores árabes hubieran encontrado una ciudad romana en ruinas, sin duda hubieran aprovechado sus materiales para la edificación de la nueva Murcia.
Fuente: La Vega del Segura, lugar de asentamiento de los primeros pobladores. Pedro Antonio Lillo Carpio.
Yo la descubrí por casualidad hace unos meses. Pasaba por delante de la iglesia y la vi sin más, no sabía que estaba allí y para mí fue un pequeño gran descubrimiento que me alegró la mañana.
Tampoco sabía lo de San Andrés.