Fue en mayo de 1990, cuando se descubrieron dos nuevas escenas de pinturas rupestres en los abrigos de El Mojao y en el de Los Gavilanes, próximos al pantano de Valdeinfierno (Lorca).
Las pinturas del El Mojao se encontraban en las paredes calizas que son vía de paso para el río Luchena. Las escenas narraban situaciones de caza, como la de un arquero con un gran arco que se dirige hacia un grupo de 4 cuadrúpedos.
El desastre ocurrió a los 5 meses de su descubrimiento. Todas las pinturas de este abrigo fueron intencionadamente destruidas. Nunca se supo quien o quienes fueron los vándalos.
Lo cierto es que todos los ciudadanos tenemos no solo el deber de proteger y cuidar nuestro patrimonio, si no la obligación de denunciar a las autoridades si en alguna ocasión somos testigos de algún acto de esta calaña.