Cuando la reina Isabel II inauguró el Teatro de los Infantes (actual Teatro Romea), se preparó una obra acorde a la importancia del momento.
La compañía de teatro en cuestión, estaba formada por actores de gran reputación en el país y cuya cuna, ya bien artística o personal, había sido Murcia.
Entre ellos destacaban los hermanos Romea, Julián y Florencio. En aquel momento, Julián Romea se encontraba al final de su carrera. Estaba casi retirado por sus problemas cardiacos y de asma, los mismos que precipitaron su fallecimiento, cuatro años después.
Aún así, Romea, decidió participar en tan importante representación. La noticia de que Julián Romea volvía a las tablas, entusiasmó al público murciano. Según se recuerda, ésta actuación en Murcia fue uno de los triunfos más grandes y recordados que Julián Romea obtuvo durante su carrera dramática.
Julián Romea también será recordado por su gran corazón. Se recuerda con cariño aquel detalle que tuvo con otro de los grandes actores teatrales que ha dado la Región de Murcia: Isidoro Maiquez (Cartagena 1768, Granada 1820). Cuando el cartagenero falleció, Romea costeó de su bolsillo un gran monumento donde descansan en Granada los restos del inmortal cartagenero. (Fuente: España mi patria, José Dalmau Carles).