San Antonio el Pobre es una pequeña ermita, anexa a una cueva natural. Se encuentra en la Sierra de El Valle, cerca del Centro de Visitantes El Valle y su origen, perdido en el tiempo, se remonta a la época en la que los ermitaños moraban en dicha cueva.
Juan El Pobre, fue uno de estos ermitaños y ocupó durante años la Cueva de San Miguel sobre la que se asienta actualmente la Ermita. En ella, colocó un lienzo de San Antonio de Padua, santo por el que sentía verdadera devoción.
Fue en 1.648 cuando los vecinos de la ciudad de Murcia sufrieron el asedio mortal de un brote de Peste. El ermitaño Juan invocó públicamente a San Antonio de Padua, a fin de que cesara la epidemia.
Al día siguiente, el número de víctimas comenzó a disminuir, atribuyéndose el milagro al ermitaño Juan El Pobre, de ahí el nombre de la Ermita “San Antonio El Pobre”.
San Antonio El Pobre y La Seda
La ermita de San Antonio también es conocida porque antiguamente en ella se realizaba la bendición del gusano de seda. En el siglo XVIII se acostumbraba a bendecir la simiente (los huevos) de los gusanos de seda, para que la producción de la seda fuera exitosa ese año.
Con el cierre de las últimas industrias de la seda, esta tradición se perdió pero ha sido recuperada desde el año 1975 por los miembros de la Peña Huertana de La Seda.
La Peña Huertana La Seda, suele celebrar esta fiesta de la bendición de la simiente, el primer domingo del mes de marzo. Suben en procesión hasta la ermita al Cristo del Perdón, que es el patrón de la seda y lleva depositados ante sus pies unas cajas con diminutos huevos de los gusanos para que los bendiga. Tras una misa huertana celebrada en los exteriores del Centro de Visitantes de San Antonio El Pobre se pasa al baile tradicional murciano, la Jota.
Fuente: Espacios Naturales Protegidos de la Región de Murcia