Sin ánimo de faltar a nadie, podemos decir que Jorge Guillén, es el nombre más universal de la nómina de profesores que han impartido lecciones en la Universidad de Murcia.
Pedro Jorge Guillén Álvarez, fue elegido mediante Real Orden de 19 de diciembre de 1925, Catedrático numerario de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad de Murcia. El profesor–poeta, ha viajado por Suiza e Italia y vivido 6 años en París, trabajando en La Sorbona como profesor auxiliar de la universidad más importante de Francia.
Cuando llega a Murcia, lo hace con 33 años, casado y con dos hijos. Desde el primer momento (1 de febrero de 1926) decide residir en Murcia, hasta su partida en septiembre de 1929. La familia Guillén se instala en la calle Capuchinas número 6, una céntrica calle que une la Gran Vía, con uno de los laterales del Teatro Romea. Actualmente la calle Capuchinas ha pasado a llamarse: calle José Antonio Ponzoa.
Así escribe Jorge Guillén a su esposa acerca de su nueva residencia: “Tengo desde ayer -4 de febrero- una nueva pasión. Una pasión desenfrenada terrible, por cierta casa. Es el Palacio del Marqués de Ordoño”.
El Palacio del Marqués de Ordoño, fue un noble caserón neoclásico restaurado por su dueño, Don José Viudes. En una carta fechada en diciembre de 1926, Jorge Guillén habla de su residencia murciana a su amigo Federico García Lorca: “… nuestra vida en Murcia, muy agradable. Tenemos casa cómoda, alejada en silencio y con ruidos rurales. Un balcón se alza a toda la ciudad y a los montes…”
Lo que nos perdemos.Palacio del Marqués de Ordoño,donde residió Jorge Guillen.Derribado en1976.@CulturaDB pic.twitter.com/CQdnnVoiXV
— Raíces Murcianas (@RAICESMURCIANAS) septiembre 8, 2015
Muy cerca de la calle Capuchinas, se encuentra otra calle clásica en el plano murciano: la calle Aurora; a la que el poeta dedicó unos conocidos versos. Guillén, recordaría 30 años después desde su cátedra en Cambridge, su casa murciana: “¡Capuchinas, 6! Allí por fortuna vivimos. Murcia cumplió sus promesas…”
Pero dicen, que nada es eterno. Esto lo podemos aplicar literalmente, si hablamos del patrimonio de la ciudad de Murcia. En los años del “progreso” y crecimiento de Murcia, muchos edificios históricos fueron destruidos en un afán especulativo e inmobiliario. También el Palacio de Ordoño.
Otro apunte sobre el Palacio de Ordoño, dice así: “es el mejor edificio moderno que hay en esta ciudad”. El edificio construido por don Felipe Abad en la calle Capuchinas, tenía fachada de piedra con dos cuerpos de diferentes órdenes arquitectónicos que se terminaba con una cornisa rematada de manera airosa [*].
Jorge Guillén no pudo disimular su sentimiento, cuando le llegan noticias de la destrucción de “su casa” en Murcia:
“Ahora tengo nostalgia de lo que ya ha desaparecido. La C/ Capuchinas, el Palacio de Ordoño. ¡Dios mío, lo han derribado! Era un palacio del siglo XVIII, precioso…”
El desaparecido»Palacio del Marqués de Ordoño»en la antigua c/Capuchinas,hoy Barítono Marcos Redondo,demolido en1976 pic.twitter.com/sRebJNZoV1
— Raíces Murcianas (@RAICESMURCIANAS) 22 de marzo de 2016
Fuentes:
Murcia desde lejos. Nuevo viaje por los viajes de Murcia. José Mariano González Vidal
[*] Murcia, ayer y hoy. Murcia, primeros años del siglo XIX: guerra, epidemias y desolación.