Continuamos con la 2ª parte del artículo que hemos dedicado al famoso crimen del Hostal El Cónsul acontecido en La Unión. En este enlace os dejamos = la primera parte del artículo.
Sus ventanas y puertas han sido tapiadas reiteradas veces, aunque alguna queda por la que nos pudimos colar para echar un vistazo en su interior.
Imprescindible realizar un reconocimiento del terreno, cosa que llevó a término Juan Carlos Palao, uno de los colaboradores de Benjamín, y sorpresa: tras el hostal un pequeño cerrito más alto guardaba abundantes restos de cerámica y algunas estructuras de piedra muy reconocibles. Un yacimiento arqueológico que no nos esperábamos.
¿Sabría Alfonso Martínez de la existencia de este yacimiento? Pues seguro que sí ya que cuentan que en su infancia pastoreaba ganado por estos lares. La historia de Alfonso es muy peculiar: en su juventud viajó a Costa de Marfil donde realizó varios negocios con éxito. Su fama creció y obtuvo el reconocimiento de Cónsul en aquel país africano. Regresa a Los Camachos y decide construir un hostal (ya sabemos como lo bautizó) pero Alfonso ya no era el mismo a su vuelta. La cultura y tradiciones africanas habían hecho mella en él: vestía túnicas y su local estaba lleno de objetos del continente negro. Al parecer se había aficionado a la santería y sus ritos [ver programa Zona Cero dedicado a El Cónsul]
Me resisto a creer que la elección del lugar para edificar El Cónsul fue casualidad ¿Buscaba tal vez Alfonso un sitio idóneo, habitado por civilizaciones pasadas, donde realizar sus prácticas esotéricas? Por el pueblo se oyen todo tipo de historias sobre Alfonso, él mismo no se esconde a la hora de hablar de ciertos espectros que le siguen y le importunan por la noche en su nuevo negocio.
Y llegó el día de los hechos. Es por la tarde y El Cónsul se encuentra cerrado por dentro. Su propietario no aparece y saltan las sospechas. Un policía local fuerza una ventana y encuentra el cuerpo de Alfonso con más de 60 punzadas. No se sabe bien que arma lo mató porque ésta nunca apareció. Ninguna de las heridas a afectado órganos principales, cosa muy rara en un forcejeo a muerte y parece que la pelea existió ya que Alfonso tiene agarrado en su mano un mechón de pelo ¿de su asesino?…
Parece que no falta nada en el local, no ha habido robo, la cartera de Alfonso apareció un par de días más tarde en uno de los caminos próximos al hostal. Estaba intacta, con su documentación y dinero ¿qué buscaban entonces en la cartera?
Se cuenta que Alfonso Martínez estaba preparando sus memorias. Memorias que nunca se llegaron a encontrar ¿Eran estos escritos los que buscaba el asesino? ¿Qué secretos tenía el Cónsul?
Amigos, han pasado más de treinta años y una cosa hay segura: El Cónsul, Alfonso y su atroz muerte siguen suscitando decenas de preguntas sin resolver.