Como no puede ser de otra manera, cuando se abandona una cosa, acaba por deteriorarse hasta el punto de la ruina. Eso es lo que pasa en muchos edificios y casas históricas de nuestra ciudad de Murcia.
Como ejemplo hoy traemos aquí esta pequeña casa (pero hay muchas más), que se encuentra en la calle Marqués de Ordoño del castizo Barrio del Carmen. Una casita en la que, a pesar de la dejadez y el deterioro, se puede vislumbrar el encanto de los inmuebles de principios de siglo.
Son casas antiguas, históricas… levantadas sobre gruesos muros y techos altos, para amortiguar el sofocante calor del verano murciano. ¿Aire Acondicionado, ventiladores?… no hombre, de eso no había en el huertano Barrio del Carmen, de principios de siglo.
Y es que, aunque suene a chiste decirlo, antes se edificaba con criterio y de una manera sostenible. Sí, sí… sostenible y es más: auténticos edificios inteligentes… Inteligentes de verdad: de esos que mantenían el fresco en el verano y en invierno, con una estufita de leña sostenible también, daban una confortable sensación. Imaginemos ahora, el gasto económico que suponía… poco, poco.
Me hace gracia. En esta casita de la calle Marqués de Ordoño, han acordonado la zona como diciendo: “cuidado que se está cayendo…”. Pero no han levantado el cadáver, quiero decir que no han recogido los escombros.
A mí me parece que, ya que se trata de un edificio histórico, se merece un respeto. Así que debería de ir un juez y autorizar formalmente el levantamiento de los escombros. Y que una brigada de limpieza, brazalete negro al brazo, vayan barriendo los cascotes lentamente.