Si alguien nos dijera ahora mismo que el río Segura supone una seria amenaza para la Catedral de Murcia, le calificaríamos de loco o “atontao”.
Pero no hace tanto tiempo si era así. Nos ponemos en antecedentes. En el siglo XVII, concretamente en 1614, se registró una de las mayores riadas de la historia del Reino de Murcia, conocida como la de San Calixto. Esta riada ocasionó grandes deterioros en la Catedral metropolitana.
Tal fue la crecida del Río, que el entonces Obispo dela Diócesis y el Cabildo tuvieron que refugiarse en lo más alto de la torre catedralicia ¿Se imaginan a Don José Manuel Lorca Planes en lo alto de la catedral mientras espera a que la acometida del Río decrezca? Parece surrealista ¿verdad? Pues sí, gracias a Dios así es en la actualidad.
Como diría el humorista José Mota “antes sí, ahora no”, y ¿A qué se debe? Que ahora si y antes no, pues a la construcción del Malecón. Un muro de contención que se construyó con un objetivo fundamental, frenar las acometidas del Río.
Cabe destacar que además de la inundación de San Calixto, éstas se sucedieron a lo largo de los años y provocaron importantes retrasos en la obra, catedral, de Jaime Bort y por tanto el Obispo tenía claro que el Malecón era la salvación. Y así fue, tras varias obras, en el año 1736 el entonces Regidor de Murcia en aquel momento, Juan Francisco de Luján y Arce, lideró la reedificación del muro que contó con unas medidas de 2400 pies desde el principio del mismo hasta el final.
Con esta reedificación se consiguió el propósito de contener las aguas desbordantes del río, y que éste dejara de ser una amenaza parala Catedral de Murcia y en definitiva para toda la ciudad.
¡Murcianos!, la Catedral está a salvo, mucho tiene que llover para que los cuatro Santos de Cartagena se mojen los pies.
¿Cuántos murcianos y murcianas pasean diariamente por el Malecón ignorantes a las causas que provocaron su construcción?¿Cuántos estudiantes pisan su pavimento con el objetivo de llegar puntualmente a las clases?¿Cuántos turistas disfrutan del Paseo más emblemático de la Ciudad de Murcia, sobretodo en las fechas de primavera donde se dan cabida Los Huertos?…Es increíble pensar en todas esas personas que han disfrutado y siguen dusfrutando de esta obra arquitectónica, sin saber que en una época pasada, más que ser un lugar de encuentro, una pista fenomenal para la práctica del «footing», un bonito entorno donde pasear tranquilamente…, el Paseo del Malecón era una muralla infranqueable que pretendía proteger a la Ciudad de un enemigo incansable, voraz y destructor, como era el torrente de agua producido por las crecidas del Río Segura. ¡Qué ironía pensar que una Tierra que en la actaulidad está afectada preocupantemente por la sequía, pudiera ser presa de las aguas torrenciales de un Río hoy en estado comatoso, que pide al cielo un poco de clemencia para regar este vergel que es la tierra murciana!.
Es una historia curiosa que no conocía. Nuestra maravillosa región tiene muchas historias bonitas que merecen ser descubiertas. Por eso me parece muy interesante este artículo.
En cuanto al estilo, ese ‘Cabe destacar’ es muy de Samuel!! 🙂
Me pasaré más a menudo!!
muchos domingos a eso del mediodia me junto con algun amigo y hacemos un poquico de deporte sobre este icono de nuestra ciudad,luego nos dirijimos al bar paco y empezamos a practicar otro deporte bien bonito,levantamiento de vidrio sobre barra fija,claro!
Una entrada muy ilustrativa e histórica. Para todos aquellos que no somos de la ciudad de Murcia, viene bien saber la historia de esas calles y zonas.
Y decir que nada más empezar la lectura, me ha encantado la palabra, totalmente murciana, «atontao».
Es muy interesante este artículo y de mucha elegancia (documentación, estilo, ameno, dinámico…). Me ha gustado mucho y espero leer muchos más de este genial periodista, del que sin duda ‘soy fans de su forma de escribir y humor’. Samuel vales mucho: ‘Tu si que vales’.
Me ha resultado muy interesante los datos históricos y ahora cuando pasée o ‘corra’ por el Malecón llevaré cuidado, ¡sobre todo en abril…!
Frutos Baeza en su libro La Riada de San Calixto, menciona un documento del investigador Baquero Almansa, en el que dice: “En la Catedral cubrió el agua las altas cajonerías llegando hasta los púlpitos. Hubo que llevar a la torre el Santísimo, y allí celebrar la misa algunos meses”.
La riada de 1710, desniveló el imafronte en construcción de la Catedral y hubo de derribarse.
Fuente: “De San Fulgencio a Paco Rabal”. Alfonso de los Reyes.