El misterioso robo de la Cruz de Caravaca (Parte II)


Seguimos con la narración el famoso robo de la Cruz relicario de Caravaca… Desde el Juzgado de Instrucción se pidió a la Dirección General de Seguridad del Estado, el envío de especialistas en huellas dactilares. La repercusión mediática fue tremenda a nivel nacional, hasta tal punto que el  Ministerio de Justicia nombró un juez especial para esclarecer el asunto, a fin de garantizar la máxima imparcialidad.

Se tomaron declaración al capellán y a los vecinos que moraban en el interior de las almenas del Castillo, todos ellos de humilde condición. Nadie sabía nada, ni había visto nada aquella noche cuando, a las 8 de la tarde como todos los días durante el invierno, se cerraba la única puerta de la muralla hasta las 6 de la mañana cuando se volvía a abrir.

Santuario Vera Cruz Caravaca El misterioso robo de la Cruz de Caravaca (Parte II)

Siguieron ocurriendo situaciones un tanto extrañas. Como que la Audiencia territorial de Albacete (a la que pertenecía la provincia de Murcia), requirió la remisión del sumario ordenando su reincorporación al juzgado de Damiel. El sumario judicial se paralizó sin motivo.

Cuando llegó julio, el Director del Banco Español de Crédito Local, a la sazón Pedro Antonio Moreno, hizo imprimir un texto ofreciendo 20 mil pesetas (recogidas por suscripción popular) a quien entregase la reliquia o diera una pista fiable para su recuperación. Al parecer las 20 mil pesetas se entregaron, pero hasta hoy no se sabe ni a quien ni cuando. Otro detalle misterioso para añadir al caso.

En los primeros días de agosto, llegó de manera temporal al Juzgado de Instrucción el abogado caravaqueño Manuel Martínez Alcayna. A los pocos días de llegar, anunció que estaba a punto de descubrir quien había sido el autor del robo. Evidentemente esto desató una increíble expectación entre los vecinos, que esperaban ansiosos la resolución del caso.

Pero algo iba a pasar. El 12 de agosto a las 3 de la tarde, el abogado Manuel Martínez, se dirigía a su casa después de una intensa mañana de trabajo. En plena calle y a plena luz del día fue tiroteado y muerto por José Luelmo Asensio, hermano del alcalde. En el posterior juicio contra José Luelmo, no se llegó a esclarecer nada de nada, ni se pudo relacionar esta muerte con el robo de la Cruz.

Si algo sabían de la reliquia Manuel Martínez y José Luelmo, nunca se supo. Ya que el abogado caravaqueño no dejó nada escrito del asunto y el hermano del alcalde nunca confesó porqué había matado al abogado.

Continuará…

 

Fuente: Murcia, crimen y castigo. Taller de Historia del Archivo General

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