Sabemos que el rey Sabio llamó a su suegro, el Conquistador, para sofocar el levantamiento de los mudéjares en Murcia. Tarea que no pudo resolver Alfonso solo.
El aragonés accedió de inmediato al desafío. Su vocación de cruzado pudo más que cualquier otra consideración. No en vano había sido educado por el Temple.
A los nobles aragoneses no les hizo mucha ilusión la empresa murciana, ya que estimaban este conflicto ajeno a sus intereses. Retrasaron la guerra todo lo que pudieron pero Jaime I estaba decidido. Sabía que un triunfo mudéjar en el Reino de Murcia, comprometía la seguridad de Valencia y por ende de todo el Reino de Aragón.
2000 prisioneros sarracenos, 1000 cabezas de ganado mayor, 10.000 de ganado menor
Jaime ordena al infante Pedro (su hijo, que más tarde sería Pedro III el Grande, rey de Aragón, Valencia, Sicilia y Conde de Barcelona) que arrasara el «país murciano». En su primera incursión estuvo acompañado por Pelay Pérez Correa y la Orden de Santiago que entraron por occidente. La invasión tuvo lugar en abril de 1265 y una de las primeras plazas murcianas asediadas fue la de Fabanella (Abanilla).
El infante llegó hasta las puertas de la ciudad de Murcia apoyado por una flota catalana que había desembarcado en la Costa Cálida. Arrasaron la huerta y desmantelaron la fortaleza de Monteagudo. El emir de Murcia salió al encuentro del infante, pero la batalla abierta no fue posible ya que el complejo sistema de riegos de la huerta lo impidió. Solo se produjeron pequeñas escaramuzas durante el mes que permaneció el infante Pedro en la Región de Murcia talando, pillando, quemando y cautivando.
La segunda incursión se produjo en junio y según cuenta el cronista Muntaner, las tropas del infante dejaron el «país» más en ruinas si cabe. Consiguieron un gran botín, muchos nobles aragoneses se hicieron ricos. El infante envió a su padre 2000 prisioneros sarracenos entre hombres, mujeres y niños, 1000 cabezas de ganado mayor y 10.000 de ganado menor. Jaime I lo repartió todo entre amigos, vasallos y familiares. Hasta el Papa de Roma tuvo parte del botín murciano.
Fuente: Orihuela Musulmana. Historia de la Ciudad de Orihuela. Tomo II. Juan Bautista Vilar.
Todas tus fuentes son de la ciudad valenciana fronteriza de Orihuela? Es que no hay libros sobre Murcia y su región? me llama la atención
Es una buena fuente.