En Oriente, ser Mandarín de un Imperio, equivaldría a tener el cargo de Ministro de la Guerra o Defensa.
Si en un periodo de crisis bélica, el Emperador de la Conchinchina te nombra Primer Mandarín del Imperio, significa que te acabas de convertir en más que su mano derecha.
Pues esto es lo que le pasó a Fray Diego de San Benito. Este murciano nació en Jumilla en 1733, ingresó en la Orden Franciscana y como tenía vocación de misionero, fue destinado a la Conchinchina (actuales Lagos, Vietnam y Camboya). En aquellos lares cogió fama de sanador ya que poseía conocimientos de medicina. Tanto es así, que hasta el Emperador tuvo noticias de sus proezas médicas y lo nombró su médico personal.
Buena relación tuvieron el Emperador y el jumillano. Como premio a su confianza se le nombró Campsay, tutor de sus hijos. Hasta aquí todo normal en la vida de un fraile misionero que había tenido suerte. Pero ocurrió que en 1774 se declaró una rebelión armada de un aspirante al trono, que llegó a tomar la capital.
El Emperador Le Quin Don y su familia, tuvieron que huir de palacio, refugiándose en la casa de Fray Diego, el cual los ocultó y se enfrentó a los rebeldes. Fray Diego y la familia imperial, se trasladaron a la isla de Hou-Fu-Quoc y fue allí donde el Emperador le encomendó a Fray Diego la tarea de reconquistar el Imperio. Para ello fue nombrado Primer Mandarín del Imperio. El documento de este nombramiento, se conserva en el archivo de la orden franciscana en Manila.
Fray Diego reorganizó las tropas imperiales y comenzó la contraofensiva. En 1778 entraba triunfante en la capital de la Conchinchina venciendo la insurrección. Después de convertirse en un héroe de guerra, el fraile jumillano volvió a sus hábitos de pobreza y humildad.
Falleció el 5 noviembre 1781 a la temprana edad de 48 años. Está enterrado en la iglesia de Cho-Quam, de la ciudad de Ho-Chi-Minh, antigua Saigón.
Fuentes: Murcia palmo a palmo. Crónica de las ciudades y pueblos de la Región.
¿Existe la Conchinchina?: En multitud de ocasiones, para referirnos a un lugar muy lejano y exótico, hemos utilizado el término Conchinchina: «Está en la Conchinchina», «He tenido que ir hasta la Conchinchina para comprarlo», «Pues como no te vayas a la… https://t.co/7GImLpchFe pic.twitter.com/L2loF3NqE3
— #ATodoRitmoWeb (@AtodoRitmoWeb) 14 de mayo de 2018