Antiguamente las iglesias formaban el centro neurálgico de pueblos, barrios y ciudades.
Delante de ellas se dejaban explanadas donde la gente convivía. Las “plazas del pueblo”.
En estas plazas tenían lugar todos los acontecimientos populares de la localidad: desde mercados de abastos y fiestas patronales hasta ejecuciones en los tiempos más oscuros.
Por ello no es de extrañar que en las mismas fachadas de las iglesias se colocasen “mensajes”. Era una de las formas más rápidas de que la gente se enterase de algo.
Estos mensajes (carteles, pintadas en las fachadas o incluso grabados en la roca) han perdurado en el tiempo y son hoy historia.
En los muros y la torre de la Catedral de Murcia podemos encontrar varios de estos “mensajes pintados”.
Aunque hay uno de ellos que se explica por sí solo. Se encuentra en la misma portada barroca de la Catedral, a la vista de todos.
El mismo mensaje se repite en la Torre de la Catedral y el contenido es muy explícito:
Cuidado con tirar basura, inmundicia u orinarse en los aledaños de la Catedral, bajo pena de Excomunión.
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