Las Siervas de Jesús se establecieron en Murcia allá por el año 1887. Su ubicación exacta se encontraba en la calle Capuchinos y su cometido principal era asistir a los más desfavorecidos en época de plagas y cólera.
Tan buena fue su labor entre los murcianos de la época, que el municipio en 1893 acordó conceder a la orden la dedicación de una calle. Así que se decidió dar el nombre de “Siervas de Jesús” a la antigua calle “de los descabezados” (cerca del Campus de La Merced). Pero… ¿de dónde viene este nombre tan truculento?
Según las historietas tradicionales, era en esta calle donde se colocaban las testas de aquellos mahometanos que habían sido sorprendidos en adulterio. Hasta Frutos Baeza escribió un romance sobre el tema.
Sin dejar de lado las decapitaciones, más probable parece que en este sitio se expusieran en sendas escarpias, las cabezas de los moros granadinos que eran apresados por las cercanías de los campos de Murcia.
Se conserva un documento datado en 1439, por el cual el Concejo gratifica a los esforzados ciudadanos de Murcia que presenten alguna cabeza de moro. Estos trofeos eran expuestos a la vista de todos y que mejor sitio que en esta calle que se hallaba cerca de la Arrixaca (barrio moro de la ciudad) y la sinagoga de los judíos.
También es posible que la calle tome este nombre “de los descabezados”, por una casa derribada en 1832 y que aparte de escudo nobiliario, en su fachada conservaba dos esculturas talladas en piedra que representaban dos caballeros decapitados.
Fuentes: Callejero Murciano. Nicolás Ortega Pagán, Nicolás y José Ortega Lorca