Fortalezas, baterías de costa, instalaciones militares, murallas, torres vigía y molinos de viento entre otros… lugares que normalmente presentan un difícil acceso, son apenas conocidos y su valor se reduce a lo histórico.
Pero no por ello dejan de ser patrimonio cultural de Cartagena con un atractivo turístico desperdiciado.
Abandonados, expoliados y destruidos. Esto lo saben bien colectivos como la Asociación de Amigos de las Fortalezas y Castillos de Cartagena (AFORCA) y la Asociación para la defensa del Patrimonio de Cartagena (ADEPA), que llevan años luchando contra el olvido de estos lugares.
Según estas dos asociaciones, los lugares más devastados son: los Castillos de La Atalaya (estilo neoclásico, siglo XVIII), los Moros y del cerro de San José; el Monasterio de San Ginés de la Jara (siglo XV); las baterías de Santa Ana (siglo XVIII), San Leandro, Trincabotijas, la Podadera y Fajardo; el Fuerte Navidad y el Palacete de Versalles, obra del arquitecto cartagenero Víctor Beltrí del siglo XIX y en manos privadas.
Mención especial merece el Castillo los Moros, ya que se trata de un monumento de estilo neoclásico ecléctico del siglo XVIII, cuya estructura y perfil son únicos en el mundo y según los expertos no existe una similar.