Genio y figura el escultor murciano, natural de Espinardo, José Planes. Así nos lo narra en una potente anécdota, el escritor también murciano, José Luis Castillo-Puche.
Cuenta Castillo-Puche, que cuando contrajo matrimonio, Planes tuvo la gentileza de regalarle una de sus esculturas. Se trataba de una figura femenina en escayola, que maravilló al escritor y a su recién estrenada esposa. La blanca escultura ocupó un sitio destacado en el despacho/biblioteca de Castillo-Puche.
Pasado el tiempo, el escritor y su esposa, invitaron un día a comer al genial Planes. Se dio cuenta Castillo-Puche, de que el escultor no le quitaba ojo a la escultura de escayola. Y sin previo aviso, se levantó y le dijo:
– No quiero que tengas eso mío, porque yo ya no hago eso.
El escritor y su esposa se miraron preocupados, ya que pensaron que Planes iba a quitarles la escultura. El escultor prosiguió:
– No te preocupes, tendrás otra mucho mejor.
Castillo-Puche y su esposa, insistieron en que aquel regalo de bodas les gustaba mucho, y que no era necesaria otra escultura. Pero ante su asombro, Planes, sacó de su bolsillo un pequeño martillo, y sin que pudieran evitarlo, agarró la estatua y le propinó varios y fuertes martillazos.
El escritor y su esposa, no se creían lo que estaba pasando y se tiraron al suelo a recoger los pedazos de escayola que caían. Demasiado tarde, la estatua quedó hecha trizas.
A los pocos días Planes, se presentó temprano en la casa de Castillo-Puche, con otra figura. La colocó encima de la mesa, y dijo:
– Esto es otra cosa.
Así fue como el artista, destruyó una obra que ya no le satisfacía. Y la sustituyó por otra más perfecta y bella… ¿Moraleja?
Fuente: Mosaico de Murcia. José Luis Castillo Puche.
Para más información sobre el escultor José Planes, visita la web de Región de Murcia.