Cartago Nova, como gran capital que era en el mundo antiguo, presumía de ser ciudad cosmopolita en la que se daban todas las tendencias: políticas, filosóficas y religiosas.
Sabemos que a estas costas llegaban a comercializar barcos de todas las nacionalidades presentes en el mundo clásico. Y además de sus productos, también traían sus costumbres, dioses y supersticiones.
La ciudad antigua y amurallada de Cartago Nova, tenía su epicentro en lo más alto, donde hoy se ubica el Castillo de la Concepción. En los alrededores y sobre la laguna interna del Almarjal, se perfilaban los pedestales de templos consagrados a Vulcano, Aleto y Saturno. Que hoy se corresponden a los baluartes de Despeñaperros, San José y Monte Sacro. El barrio del Molinete, fue en su tiempo solar de la casa de Asdrúbal, transformado después en verdadera acrópolis.
Entre todos venimos a destacar hoy el Cabezo de los Moros en Cartago Nova, donde se encontraba el templo de Mercurio Teutates y donde se excavaron y habitaron desde antaño, verdaderas casas-cuevas. Éste Teutates era un dios Celta de la noche, cuyo calificativo viene a significar: dios de la tribu. Se trata de una de las más importantes deidades galas, citado por los historiadores César, Tito Livio o Lucano, y ha sido asociado preferentemente como dios de la guerra. La veneración a este dios celta, pone de manifiesto la importancia y el grado de penetración de los galos en estas tierras murcianas.
Cartago Nova, Marte, Mercurio… y el gran Astérix
Por lo que parece, Teutates fue romanizado y terminaría convirtiéndose en Marte, dios guerrero del imperio. Aunque otros expertos en la materia, quieren dar este honor a Mercurio: dios artista protector de viajeros y negociantes. No es de extrañar, ya que en la Cartago Nova de la época arribaban por tierra y mar unos cuantos viajeros y negociantes.
Para el resto de los mortales no es tan desconocido el dios Teutates. Solo tenemos que acordarnos de aquellos fantásticos cómics de Astérix, donde el protagonista mentaba constantemente a la divinidad… ¡Por Tutatis!
Fuente: Crónica y guía de las Provincias Murcianas. Ángel Oliver