BENI-AJAM es nombre moro; GARRE, vetusto apellido;
y TORREAGUERA no es torre ni a nadie da mal aviso.
Son tres pueblos situados entre la sierra y el río,
que si el rey llegara a verlos, como dice el cantarcillo,
y es seguro, ¡yo lo creo!, que vendría algún domingo
a echar un juego de bolos con los mozos del partido.
En estos pueblos felices donde jamás se oye un tiro,
existió el Cantón Murciano, si es que el Cantón ha existido.
Esta coplilla es un homenaje a Beniaján, Los Garres, Torreagüera y todos aquellos pueblecitos que, en un momento concreto de la historia, se atrevieron a proclamar el Cantón de Murcia y de Cartagena.
Los versos están extraídos de la obra «Cantón» de Fernando Martín Iniesta, una obra de teatro que repasa la tormentosa experiencia del revolucionario Antonete Gálvez y la República Federal Española.
En la imagen podemos ver el monte Miravete de Torreagüera, lugar donde Antonete y sus huertanos-revolucionarios se escondían de las tropas centralistas. Os dejamos un vídeo: un paseo por el Miravete hasta su cima, pasando por el cementerio y sus hornos de yeso.
Si quieres conocer más sobre la figura de Antonete Gálvez y el Cantón, te dejamos este enlace donde encontrarás más información al respecto.
@AytoMurcia aprueba moción para recuperación casa de Antonete Gálvez. Nunca debió dejar que llegara tal degradación. pic.twitter.com/CwdK4DybyW
— Patrimonio Murcia (@patrimonioMU) 28 de julio de 2016