Bizcocho es un vocablo que tiene su origen en el latín: bis coctus que viene a significar «cocido dos veces».
Al parecer este doble horneado se debía a las circunstancias históricas: se trataba de endurecer la masa del bizcocho para que aguantase más tiempo con la mayor calidad posible.
De este modo podemos intuir que lo que conocemos hoy día como bizcocho, no era otra cosa en la antigüedad que una especie de pan. Así que tanto el producto como la palabra, han evolucionado hacia lo dulce. Según nos cuenta María Adela Díaz Párraga en su libro Cocina Murciana, este alimento de primera necesidad se especializó en dulce al esponjarse su masa y ser aromatizado con diferentes especies y esencias.
No hay lugar, ciudad o pueblo en España que no tenga su bizcocho típico. Así nos encontramos estos suaves y esponjosos, ideales para desayuno y merienda, de todas las formas y sabores. En la Región de Murcia tenemos la tradicional torta o coca boba que solo porta una fina capa de azúcar pero también encontramos los de manzana, mármol, yogur, chocolate, limón, naranja, canela o con nueces.
Bizcocho de chocolate, la estrella en las tertulias murcianas hace un siglo
A la hora de acompañar este producto, lo que no puede faltar es un buen vasito de mistela de Ricote. Tampoco viene mal un café con leche o un chocolate caliente.
No está claro que el famoso bizcocho de chocolate sea una invención murciana pero sí sabemos que en uno de los primeros lugares dónde se consumió, fue en las aristocráticas tertulias vespertinas y femeninas del siglo XIX en Murcia.
Os vamos a contar un truco para que vuestro bizcocho quede perfecto. Antes de todo, lo que hay que hacer es engrasar bien con mantequilla el molde y recubrirlo con papel aceitado. De este modo será más fácil sacarlo del molde. Otro buen consejo es cocer la leche añadiéndole ralladura de limón y canela en rama.