Recuerdo aquel día como si fuera ayer. No sé por qué motivo, intuí que aquel contenedor azul dedicado al reciclaje de papel era sospechoso. Biblioteca Murcia
Al asomarme se confirmó la pésima realidad: aquel container estaba lleno de libros. Decenas de ejemplares, arrojados cual basura, esperaban el peor de los finales que un libro puede recibir: su destrucción.
Así que no tuve más remedio que ponerme manos a la obra, e intenté sacar de aquel corredor de la muerte cuantos ejemplares estaban a mi alcance. Que no fueron ni pocos, ni todos. Biblioteca Murcia
Cuando finalicé esta tarea, el destino me preparaba un cruel protagonismo. Las circunstancias del momento y los pocos recursos con los que contaba (únicamente mis manos…) me impedían llevármelos todos.
Sabiendo que una de las máximas militares a lo largo de la Historia ha sido: “No abandonar nunca a un compañero herido”. Me encontré sin quererlo inmerso en la elaboración de una lista, cual Schindler literario, de aquellos ejemplares que reposarían en una confortable leja de mi casa y aquellos otros que continuarían con su incierto destino. Como si yo fuera el único miembro de un jurado literario, que tiene que elegir en pocos segundos quien gana y quien pierde. Y como único criterio: un somero vistazo al título y al nombre del autor. Pero basta de lamentos. Lo hice y punto. Bien o mal, hecho está… Biblioteca Murcia
¿Qué sería de aquellos? Los dejé allí en la fría acera, esperando a que otro mecenas se alegrara por el descubrimiento. Seguro que encontraron cobijo en otra confortable leja. Seguro que sí.
¿Y los que se quedaron en el fondo del contenedor… salvarían finalmente su existencia? Bueno, podría fabular un suave final, pero no. Hoy no.
Dona tus libros a la Biblioteca Murcia
Muchas veces los libros se nos amontonan en armarios y cajas. Puede que se conviertan en un verdadero estorbo y la solución más rápida no es ni por asomo la mejor. Biblioteca Murcia
En ese momento debemos recordar cuál es la verdadera casa de los libros. Muy bien pensado: las bibliotecas públicas, donde la cultura es libre. Como si de animales salvajes se trataran, hay que devolverlos a su hábitat natural.
La Red de Bibliotecas de la Región de Murcia nos ofrece esta oportunidad. No te lo pienses y dona los libros que ya no sean importantes para ti. Seguro que otros usuarios estarán encantados de poder leerlos y disfrutarlos.
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