De los 32 años (1252-1284) que abarcó el reinado de Alfonso X el Sabio, el año 1257 sería uno de los más brillantes. Entre otras cosas por la fundación de la Madrasa de Murcia.
Una Madrasa, era un centro de estudios donde compartían conocimientos eruditos cristianos, musulmanes y judíos. Sobre todo se dedicaban a la traducción de obras clásicas (escritas en latín, griego, árabe o hebreo) al castellano, con el fin de hacerlas más asequibles al pueblo.
La Madrasa se fundó en Monteagudo, en el denominado Hisn al-Faray o “Palacio de Recreo”, cuya construcción se atribuye a Ibn Mardanis, el famoso “Rey Lobo” de los murcianos. En la actualidad se identifica con los restos del Castillo de Larache.
Al frente de esta comunidad de eruditos, se encontraba Muhammad ibn al-Raqqan “el Ricoti”. Pero también estaban otras autoridades como el Obispo de la Diócesis, fray Pedro Gallego.
Durante aquel año, el Rey Sabio pasó unos seis meses en Murcia. Durante este tiempo se alojó en el complejo de Monteagudo. No quiso acomodarse en el Alcázar de Murcia, para no proyectar una imagen autoritaria a la comunidad musulmana de Murcia y evitar así posibles problemas.
Este castillo de Larache, era el lugar de recreo del Rey Lobo y contaba con huertos y jardines. En 1170, fue saqueado por los Almohades que utilizaron el palacio como centro de operaciones. En la actualidad, y desde hace siglos, se encuentra en un estado de alarmante deterioro.
Estamos hablando de uno de los centros culturales más importantes de la Historia de España. Y se encuentra derruido en Monteagudo (Murcia).
Fuente: Murcia, ayer y hoy. Alfonso X y el Reino de Murcia. Juan Torres Fontes.