Por todos es sabido que el cuerpo de Alfonso X el Sabio, se encuentra enterrado en la Catedral de Sevilla y su corazón en la propia de Murcia.
La tradición cuenta, que el rey Sabio, quiso que sus restos descansasen en las dos ciudades que siempre habían permanecido fieles a su causa: Sevilla y Murcia. Pero esta historia, no parece ser del todo verdadera.
En 1284 Alfonso X el Sabio redacta su testamento. En el expone que su cuerpo sea enterrado en el Monasterio de Santa María la Real de Murcia. Según sus propias palabras: “un lugar seguro y honrado… que es cabeza de este regno”. En el mismo documento, dispone que su corazón fuera llevado al Monte Calvario en Jerusalén, lugar donde fue ajusticiado Cristo.
Por disposición de sus albaceas, estas voluntades no se cumplieron. El rey murió en Sevilla y su cuerpo fue enterrado en su catedral, el corazón fue trasladado a Murcia y reposa en una arqueta en el altar mayor de la catedral murciana.
El examen médico de su cuerpo efectuado en 1948, confirmó que su corazón había sido extraído. Otro dato de este examen médico, apunta que el rey Sabio medía 1,75 de estatura. Un cronista murciano que lo conoció, Jufré de Loaysa, escribió sobre el rey Alfonso que desde siempre fue muy liberal, amó la justicia y era de hermosa figura y aspecto agraciado.
Fuente: Murcia, ayer y hoy. Alfonso X y el Reino de Murcia. Juan Torres Fontes.